Bienvenid@s

Bienvenidos al blog del Colegio de Empresistas de Cantabria. Desde este espacio pretendemos proporcionar una nueva ventana de información práctica a nuestros colegiados y, sobre todo, generar una red de comunicación directa con todos vosotros, con contenidos de actualidad y datos importantes para nuestro sector, al mimo tiempo que abriendo un nuevo canal en el que podáis dar salida a vuestras dudas y compartir aspectos de interés de nuestra profesión.

Convenio de colaboración con la Universidad de Cantabria

convenio Universidad

El  Colegio Oficial  de Titulados Mercantiles y Empreariales de Cantabria  y la Universidad de Cantabria  han firmado un convenio de colaboración, en virtud del cual,  se potenciaran entre ambas instituciones actividades formativas sobre temáticas empresariales de interés tanto para estudiantes como para titulados universitarios e iniciativas que, con un marcado enfoque práctico, surjan en el ámbito de actuación del Colegio de Titulados Mercantiles de Cantabria.

Al acto de la firma del convenio asistieron D. José Carlos Gómez Sal (Rector de la Universidad), Dña. Begoña Torre Olmo (Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Cantabria), D. Héctor San Martín Gutiérrez (Vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Cantabria) y D. Ignacio San Juan Minchero (Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Cantabria).

Fruto de esta colaboración se han realizado ya actividades formativas en materia de Innovación, entre los alumnos de los cursos de Adaptación al Grado y ultimo curso de la  Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas,  de los cuales han surgido iniciativas aportadas a grupos empresariales del sector del automóvil y del sector turístico de nuestra comunidad Autónoma.

 

¿POR QUÉ UN NUEVO MODELO DE RELACIÓN EMPRESA-ENTIDAD FINANCIERA?

No quiero escribir sobre la crisis, su duración y profundidad. Quiero escribir sobre la oportunidad que ofrece a empresarios emprendedores y a  entidades financieras la concesión del crédito,  motor de la actividad empresarial en los primeros y negocio y beneficio en las segundas

Es hora de importantes transformaciones y a estas me voy a referir desde un doble ámbito  empresa-entidad financiera, limitando el alcance del trabajo en la empresa a la obtención-negociación del crédito y la gestión del tráfico financiero.

En la entidad financiera al análisis del riesgo, su concesión y seguimiento. La figura del analista de riesgos y la necesidad de cambio de concepto  en su modelo de negocio.

Parto del hecho evidente de que las empresas no han desaparecido. Están ahí desarrollando su actividad, en distintos sectores, creando empleo, transformando la sociedad, eso si con distinto nivel de solvencia y rentabilidad y también de futuro. El crédito parece que sí se ha esfumado.

No todas están en el sector inmobiliario.

Existe una nueva clase de empresas dirigidas por empresarios emprendedores dotadas de nuevas capacidades, mas competitivas, que trabajan en tiempo real apoyándose en las tecnologías de la información que se mueven de forma global, en mercados internacionales  comprometidas con la innovación,  investigación y el medio ambiente.

Son empresas más pequeñas, planas en su estructura organizativa, horizontales y abiertas. Estas empresas hacen uso y tienen nuevas necesidades financieras tanto de crédito como de tráfico financiero  y utilizan los canales no tradicionales.

Estas nuevas empresas, y las que forman  parte de la actividad económica tradicional son necesarias para el desarrollo y crecimiento de las entidades financieras. Sin crédito las empresas se deterioran y mueren, el sistema financiero se debilita en solvencia y productividad y sufre el mismo destino que la empresa.

Es hora de cambiar el modelo de relación empresa-banco.

Mi propuesta consiste en ver y sentir a la entidad  no como prestamista de operaciones puntuales si no como el socio financiero que acompañará  a la empresa a lo largo de su vida intectando  la liquidez  que esta necesita en su proceso productivo, comercial, de gestión de cobros y pagos, y de inversión en activos, repartiéndose entre ambas y en la proporción que establezcan el beneficio que genera el negocio bancario.

Por su parte la entidad financiera ha de cambiar el concepto de modelo de negocio para con las empresas.

Con el objetivo de asegurar la liquidez de manera sostenible a lo largo del tiempo, a un precio aceptable el responsable financiero  a de incorporar a sus actuales funciones la de participar activamente en la elaboración del plan estratégico de su empresa.

Este documento proyectado a tres años pero continuamente actualizado por la realidad económica es el principal cuadro de mando de la empresa. Siempre que esté bien realizado, permite valorar la empresa en relación con el sector, su posición frente a los competidores, la capacidad directiva, la gestión de proyectos, el uso intensivo en conocimiento y tecnología de información, nuevos proyectos y gestión de proyectos, así como el grado de éxito y rentabilidad esperada del negocio.

El equipo financiero debe desarrollar nuevas capacidades, formar parte del equipo directivo participando activamente en la elaboración del plan estratégico.

Igualmente debe aprender a seleccionar su socio financiero. Recomiendo que se trabaje con tres entidades. Una constituida en el principal proveedor financiero con el 50% del negocio bancario y las otras dos, cada una, con el 25% restante.

La relación con las entidades  esta basada en la plena confianza, una información transparente y de calidad, oportuna y periódica de cuentas anuales, plan estratégico y de cualquier hecho relevante que tenga que ver con el negocio. Las tres entidades disponen de la misma información y son conocedoras del grado de participación de cada una de forma que estén en competencia garantizándose la empresa la calidad de servicio a un precio adecuado.

Otra nueva capacidad a desarrollar por el responsable financiero será la de saber comunicar bien, con claridad y en profundidad su empresa y negocio.

En la selección del socio financier, deberá tener en cuentas las variables siguientes:

  • Entidad:
      • Alta reputación.
      • Solvencia y tamaño
      • Innovación y tecnología
      • Investigación y desarrollo de nuevos productos.
  • Servicio:
      • Banca Electrónica
      • Agilidad
      • Trato especializado y personalizado
      • Capacidad de conocimiento y compromiso del personal
  • Oficina:
      • Profesionalidad del director
      • Nivel de atribuciones
      • Gestor especializado en empresas
      • Medios técnicos y humanos
      • Agilidad en la resolución de problemas

 

En el mismo sentido, las entidades financieras tienen que abordar con urgencia su transformación, e introducir un cambio significativo en  el concepto de negocio para dejar de ser prestamistas y convertirse en socios financieros de proyectos empresariales viables y sostenibles.

Es la financiación de la economía real y no la ingeniería financiera la que permitirá un cambio de gestión de sus balances y corregir en el tiempo la fuerte dependencia del negocio inmobiliario.

 

En la valoración del riesgo de crédito y su seguimiento, el análisis técnico tradicional, aplicado a una sucesión de cuentas anuales, por sí solo, no es suficiente para  proyectar la futura situación de una unidad económica. Servirá para comprender lo que ha hecho hasta ahora y la situación económica, financiera y patrimonial  a la fecha de las cuentas. Esto en el supuesto de que la información contable cuente con un alto grado de bondad y fiabilidad.

 

Las cuentas anuales no dicen nada de la capacidad de los gestores, de su experiencia, de los equipos de profesionales que tienen, de su capacidad para crear e innovar, diseñar o entender y comunicarse con el mercado, de su talento y conocimiento. Tampoco señala el grado de desacuerdo, enfrentamiento e intereses de los propietarios (fijémonos de lo que ocurre en las empresas familiares al cambiar de generación), ni de sus equipos directivos y personal.

 

Igualmente, no dice nada sobre la evolución del sector, los nuevos competidores, la introducción uso y rendimiento que obtiene de las nuevas tecnología, la capacidad para adaptarse a los cambios, de la introducción de productos sustitutivos y el grado de aceptación que tienen, del cambio en los hábitos de consumo, del envejecimiento de la población, ni de la aparición de nuevos grupos de consumidores como consecuencia de la emigración.

 

Esta es la razón principal de que las entidades financieras a la hora de la concesión de riesgos, hayan dado y den preferencia a las garantías.

 

Pero trabajar basándose en la garantía, como una de las variables que más pesan a la hora de la concesión de un riesgo, supone dejar en segundo plano el valor del proyecto empresarial y olvidarse de la capacidad de sus gestores para el logro de los objetivos de crecimiento y desarrollo del negocio. Es  una visión de corto plazo, pues parece que el riesgo termina en el momento de su concesión con unas garantías bien atadas, olvidándonos de su especial seguimiento y de la evolución de dicho riesgo.

Pudiera suceder que al impago de la operación la garantía ya no tengan el valor “de solución y confianza  otorgado”, como consecuencia de su depreciación o falta de valor de realización en el mercado, e incluso que la anticipación de otros acreedores hagan imposible el cobro de la deuda.

Tampoco sirve un modelo de evaluación único y automático del riesgo basado, en la calificación de empresas, como churros, puesto que estas son distintas en actividades, mercados, capacidad, innovación, tamaño, necesidades de capital  y futuro.

Esta forma de operar supone alejarse del cliente, perder información y capacidad  anticipación a los problemas del riesgo de crédito. Cuando quieren cobrar es tarde. Los demás acreedores se enteran primero.

El modelo de gestión de riesgos basado principalmente en garantías destaca en no tener prisa. Se impone cierta  inmovilidad y lentitud, y lo que considero más negativo es  que hace poco por formar, especializar y profesionalizar al analista de riesgos.

 

Se necesita una evolución hacia un experto capaz de valorar el proyecto empresarial, en contacto permanente con la empresa. En su perfil, deberá destacar:

  • Valoración de planes estratégicos y planes de negocio
  • El análisis de sectores. Especialización por sectores.
  • El dominio de las nuevas tecnologías.
  • El dominio de otros idiomas.
  • Conocimiento del negocio internacional
  • La capacidad para mantener una permanente relación con las empresas que configuran su cartera. Seguimiento del riesgo
  • Dispuesto a viajar, realizando los informes de riesgos desde la sede de la empresa solicitante.
  • Emitiendo opinión sobre el límite máximo de endeudamiento a corto y largo plazo.
  • Profundo conocimientos de los instrumentos financieros.
  • Experto en la gestión de empresas.
  • Dominio de la normativa contable y fiscal.

 

Me refiero a un puesto más  flexible y dinámico, que debe seguir a su cliente allá donde vaya para valorar las decisiones de inversión que realiza la empresa, su grado de ejecución y éxito.

Pondrá en aviso al comercial de los sectores y empresas de futuro para no dejar escapar ninguna posibilidad de negocio.

 

El hecho de que en la actualidad los analistas estén en sus sedes centrales, lejos de las empresas, trabajando sobre la base de información contable no garantiza la objetividad y profesionalidad en su trabajo.

 

La rapidez de actuación que hoy se exige obliga a cambiar los actuales modelos de valoración de riesgos. No es una valoración del riesgo por operación sino una valoración continúa sobre la marcha de la empresa y la forma de gestionarla.

De esta forma la entidad financiera se convierte en socio financiero.

 

La entidad que actúa desde la distancia, con frialdad y alejamiento del centro de actividad de la empresa,  no interesa. No reúne la condición de socio financiero.

 

Se necesitan entidades financieras que crean en el proyecto y en las personas que lo dirigen. Faciliten en el presente y en el futuro, la financiación necesaria para su desarrollo y crecimiento. Asesoren a la empresa, y adopten decisiones sobre sólidos principios de riesgo, es decir:

  • Analizado el proyecto, este es viable.
  • Los socios tienen demostrada capacidad de gestión.
  • Los propietarios han aportado capital suficiente.
  • Los propietarios y gestores son moral y éticamente irreprochables.
  • El personal está suficientemente preparado.
  • El proyecto genera beneficios y liquidez suficiente para  atender la devolución del riesgo y compensar a los propietarios.
  • Se cuenta con un sistema de información que actualiza el conocimiento de la empresa, propietarios y gestores.
  • Garantías razonables.

El premio, para la entidad  financiera  que así actúa, consiste en el crecimiento sano de su negocio con un cliente leal, vinculado y comprometido, es decir, un socio financiero que pone a disposición de la entidad la posibilidad de abrir negocio con  propietarios, gestores, empleados, clientes y proveedores.

 

Propongo un nuevo concepto de relación con el cliente basado en una forma de ser,  ver y hacer diferente. De ser distinto. De avanzar sobre lo tradicional que ha quedado superado por la evolución, rapidez y cambio en la forma de hacer negocios, en la forma de gestionarlos, en la forma en que se relacionan los agentes, en su tamaño, localización y mercado global.

 

Propongo asimismo, sobre la gestión de negocio de la empresa, en la forma comentada, llegar al de la economía familiar.

 

Las entidades que así actúen,  crecerán más que sus competidores. Mejorarán  sus niveles de solvencia y beneficio, y lo que es más importante su reputación por el compromiso con las empresas.

 

Esto no es nada fácil. La transformación y calado del cambio en las entidades financieras que se atrevan requerirán además de una nueva mentalidad, un fuerte liderazgo que motive, profesionalice y especialice a su personal pues reside en el  la clave del éxito.

 

Las entidades con reputación avanzan y se desarrollan por la exigencia de la internacionalización de sus clientes. Estos  no pueden esperar un mes a que se les de un préstamo. Un negocio no tiene tiempo. Los acuerdos se cierran telefónicamente, por Internet, se hacen en tiempo real y por tanto se han de adaptar a  estos cambios.

 

Es la cercanía al cliente la que da un conocimiento del verdadero flujo de caja de su negocio y por tanto el elemento de decisión más fiable a la hora de la concesión del riesgo. Las entidades  que administran y conocen ese flujo real de caja,  saben si se cubren todos los costes y si hay  margen de beneficio real.

 

Es una entidad financiera abierta, conectada e  intercomunicada  moviéndose  en los espacios donde se cuece y hacen los negocios. Con personal que hace del conocimiento su seña de identidad, comprometido profesionalmente con su cliente.

Dejan con rapidez a los empresarios salpicados por el riesgo para conectar de inmediato con otros más solventes, con proyectos de futuro y beneficio. Trabajan con los ganadores, con los abanderados del éxito.

Esta anticipación para descubrir este tipo de clientes  garantiza la continuidad, el crecimiento y el beneficio, y diferencia las entidades.

Como resumen diré, que:

  • La función financiera debe ampliarse con la de  elaboración del plan estratégico, la comunicación y la selección de las entidades financieras.
  • El responsable financiero debe implantar un modelo de relación nuevo con las entidades de crédito.
  • El modelo actual de análisis de balances es insuficiente para disponer de una información completa sobre la situación de la empresa.
  • La contabilidad no registra la capacidad de los gestores, su experiencia, profesionalidad de los equipos, capacidad para innovar, diseñar o entender y comunicarse con el mercado.
  • El modelo actual de concesión de riesgos da preferencia a las garantías.
  • El analista de riesgos debe pasar de experto en análisis de balances a experto en análisis de planes estratégicos y de negocio.
  • La entidad financiera que se apoya en la garantía para la concesión de operaciones no interesa.
  • Las entidades financieras deberán apoyarse para la concesión de riesgos en la capacidad de los gestores y viabilidad de los proyectos.
  • El profundo cambio social experimentado y la competencia obligan al cambio rápido del modelo de negocio de las entidades financieras.
  • La función principal de los equipos directivos de las entidades de créditos será la gestión de la reputación, y liderazgo de equipos.
  • Los empleados pasaran de  asesores a ser consultores con alto valor añadido para las empresas.
  • Las pequeñas y medianas entidades financieras tienen el reto de una profunda revolución para adaptarse en eficiencia y solvencia a los nuevos mercados.
  • Liderarán el éxito las entidades con alta reputación.

 

Ricardo Bilbao.

Consultor de empresas.

Se aceptan desafíos… y compromisos!

El pasado septiembre de éste 2012, en concreto el día 11, se publicó en la prensa nacional y económica un breve reportaje sobre un ingeniero israelí, Izhar Gafni, que había aceptado el desafío de construir una bicicleta ecológica, económica y resistente… ¡en cartón!

Es casi una apuesta segura decir que, si uno le plantea esa posibilidad a un grupo amplio de ingenieros, la gran mayoría se negaría a asumir el desafío. Algunos admitirían su miedo a fracasar en el intento. Otros ocultarían ese miedo y, por esa o parecidas razones, dirían que, sencillamente, no era posible.

Ya podemos encontrar en la hemeroteca de internet al Sr. Gafni feliz con su bicicleta de cartón, anunciando al mundo que, además de funcionar perfectamente, puede alcanzar un coste de producción de alrededor de 8 euros y fabricarse con materiales obtenibles en el tercer mundo.

Es curioso como, una y otra vez, generación tras generación, las personas se niegan la posibilidad de conseguir metas y, aun más, niegan categóricamente que otros puedan lograrlas, incluso por parte de profesionales que, sobre el papel, debieran estar cualificados para analizar abiertamente el desafío y, al menos, dejar una puerta abierta a que resulte factible.

Además de miles y miles de ejemplos de cuya existencia son conocedoras solo las personas directamente implicadas, existen cientos de casos relevantes que han pasado a los libros de historia, alguno de los cuales hemos podido comentar en este mismo blog. Desde el ingeniero Benson, que desafió a Rockefeller y que, evitando su monopolio en el transporte por ferrocarril, se propuso concebir un sistema alternativo para transportar el petróleo (inventó el primer oleoducto), hasta el directivo de la Western Union que rechazó al Sr Bell cuando le presentó la idea de desarrollar el teléfono.

Podríamos llegar a pensar que, cuando a una persona se le demuestra que algo que creía imposible, alguien lo ha hecho realizable, aprenderá de la experiencia y, la próxima vez, estará más abierta a admitir que, el hecho de que uno no pueda imaginar cómo resolver algo, no quiere decir que no pueda resolverse. Es más, a partir de la enseñanza de la historia, deberíamos pensarlo ya a estas alturas.

Supongamos que cogemos a un grupo elegido de personas que, a su capacidad profesional, añaden la capacidad de admitir desafíos, sin prejuicios y sin miedo a no saber resolverlos. Supongamos que, además, se les aporta la colaboración de otros profesionales que, durante años, se han dedicado, precisamente, a admitir y resolver ese tipo de situaciones. Y supongamos, sólo por suponer, que contactamos con empresas y entidades, que en estos tiempos de zozobra estén en situación y necesidad de plantear desafíos para, en caso de resolverse, utilizar las propuestas para salir mejor adelante.

Pues bien, ¡manos a la obra! Y no es un supuesto. Ese grupo de personas existe y se ha organizado. La iniciativa se denomina Laboratorio de Innovación Abierta, ó “iLab”, y con el decidido apoyo y esfuerzo por parte del Colegio de Empresistas de Cantabria y con la firme colaboración de la Universidad de Cantabria, a través del decanato de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, pone a disposición de PYMES y otras entidades todo el potencial creativo, de análisis y de generación de innovación de varios grupos de trabajo especializados, dispuestos a asumir desafíos, y también compromisos.

No se trata de alumbrar ideas, más o menos viables, con aplicaciones más o menos prácticas, potencialmente aprovechables por empresas o entidades, más o menos, de un perfil o características determinadas.

El Laboratorio de Innovación Abierta es una iniciativa seria, con objetivos serios, con muy serias y altas capacidades de generar innovación, aplicable directamente a empresas y entidades concretas que deseen colaborar en el proyecto, y que me llena de satisfacción poder dirigir.

Desde el iLab nos dirigimos a organizaciones, y asumimos el compromiso de analizar su situación y necesidades, para aportar a continuación, en un plazo convenido, una o varias propuestas innovadoras  que puedan ser aprovechadas por dichas organizaciones en su propio beneficio. Así de claro y directo, así de desafiante, y así de apasionante.

Algunas personas con las que comentamos el proyecto nos dijeron que… no era posible. Que no se podía asumir el compromiso de aportar una idea innovadora viable para una empresa o entidad concreta, y menos en un plazo también concreto.

El Sr Gafni ya pasea por Israel pedaleando en su imposible bicicleta, y nosotros ya trabajamos en el iLab concibiendo ideas y propuestas, unas sencillas, otras complejas, unas patentables, otras no, pero todas aplicables y realizables. Todo un desafío, hecho realidad.

Cuanto Thomas Edison luchaba por crear la primera bombilla eléctrica, que abriría las puertas de la noche a la humanidad, recibía casi a diario opiniones de gentes que le decían que no estaba siendo realista en su empeño. Entonces él dejó una frase para la historia: “Quienes afirman que es imposible, al menos no debieran molestar a quienes lo estamos haciendo”.

Por Federico Moratinos

Dtor Centro de Innovación y Diseño del Campus Rural

Responsable del proyecto Laboratorio de Innovación Abierta

¿Qué? ¿Lloramos todos o hacemos algo?

Charlando el otro día con un grupo de pequeños empresarios, la conversación derivó hacia los ajustes del gobierno en esta o aquella materia. La mayoría se mostraba partidario de que, igual o más necesario que ajustar, era hacer otras cosas para generar actividad, o el futuro seguiría pintando oscuro por mucho tiempo.

No pude reprimirme, y les pregunté entonces qué tipo de “políticas” estaban ellos aplicando en sus respectivas empresas. Muchos tuvieron que admitir que se habían concentrado casi exclusivamente en recortar gastos, olvidando la necesidad de pensar también en algo más.

Viene esto a cuento porque, en momentos de crisis, la tendencia natural en la mayoría de las empresas es la de tocar retirada. En el ámbito militar, el soldado que consigue retirarse y ponerse a salvo renuncia a ganar la batalla, pero sobrevive para luchar otro día. Claro que, todo ello con permiso del enemigo. Si éste no renuncia a su vez a la batalla, si nos persigue y castiga en nuestra retirada, ni ganaremos ni sobreviviremos.

En el mundo de los negocios, la batalla por la supervivencia no admite treguas y el frente está en todas partes. Si nosotros nos retiramos, otros quizá se aprovechen. Lo que nosotros no vendemos, otros pueden hacerlo. Podemos replegarnos y esperar que todos hagan lo mismo, pero siempre hay alguien que no lo hace, o bien alguien que se aprovecha para entrar en juego. Incluso es difícil que quienes se replieguen lo hagan en la misma medida.

Se puede reducir el volumen de ventas y, sin embargo, ganar cuota de mercado. Depende del tamaño de éste y de lo que haga la competencia. Y de lo que hagamos nosotros, claro.

Si su empresa está en crisis y ha reducido ventas, es normal pensar en ajustar también los costes para amortiguar el impacto. Pero seamos conscientes de que eso será sólo lo que hagamos: encajar el golpe. Lo mismo que en el caso de lo público, eso no hará que superemos la crisis. Será necesario, pero insuficiente. Habrá que hacer más cosas: cambiar de estrategia, pensar en algún servicio nuevo, en un nuevo producto, en otros mercados, en alguna colaboración empresarial, variar la activad, el proceso…

Todo ello pasa por: estrujarse el cerebro! Y como tal cerebro tenemos que entender el conjunto entero de mentes de todas las personas que trabajan en la empresa. Y en las empresas de nuestros proveedores, que también a ellos les afecta nuestra situación, e incluso puede resultar interesante sumar al esfuerzo a las mentes de alguna otra empresa de nuestro mismo sector, pues es posible que muchas de las soluciones que podamos discurrir conlleven esfuerzos y riesgos que, compartidos, no sólo sean más sencillos de acometer, sino que, en caso de problemas o fracasos, éstos resulten tolerantes.

Haciendo un aparte con un empresario le pregunté si su personal estaba trabajando a tope. De forma previsible, me respondió que no. Que tenía personas empleadas que no ocupaban toda su jornada, pero que no podía prescindir de ellas. Entonces le pregunté: ¿Y qué hacen cuando no tienen trabajo suficiente? Nada, me respondió.

Hace tiempo colaboraba en un grupo desde el que trasladábamos proyectos y propuestas a las empresas. En alguna ocasión nos respondieron con frases como: “Parece interesante, pero no tenemos tiempo. Estamos a tope!” o “No podemos distraer ahora esfuerzos de lo que estamos haciendo” o cosas similares.

Aquí es donde cobra sentido la frase cien veces repetida de que toda crisis es una oportunidad. Si usted o sus empleados o colaboradores tienen ahora tiempo, porque hay poco trabajo, dedíquelo a poner a trabajar a su ingenio, el de todos!

Si estás desempleado, ponte a pensar, a ingeniar un modo de fabricar un nuevo empleo.  Una opción es por tu cuenta. Otra es pensar en una empresa cualquiera y pensar en una nueva estrategia, servicio, etc, de forma que su genere un hueco para tí, comprometiendo tu propio trabajo en la apuesta.

Mejor aún, busca en las redes sociales perfiles afines al tuyo, o complementarios, y estrujaros la cabeza entre todos, y repartiros luego el trabajo de visitar posibles empresas, o buscar información o datos específicos para documentar debidamente vuestras propuestas, para poneros por libre o para abriros un hueco en las plantillas.

El Colegio de Empresistas puede felicitarse en ser una institución que bucea, busca, se mueve en detectar, o fabricar, nuevas oportunidades laborales para sus colegiados. Existen estudios bastante serios que apuntan que el 70% de los puestos de trabajo a ocupar en las próximas décadas en las economías desarrolladas… todavía no existen!

Replegarse y quedarse agazapado esperando que las cosas “vuelvan a su cauce” no sólo es una estrategia que no funcionará en la mayoría de los casos, sino que además nos situará mucho más lejos de donde deberemos llegar en su día para sobrevivir en el mercado.

Pensar en hacer otra cosa, o hacerla de otra manera, o con otros planteamientos, o bajo otros principios, o con otras herramientas, todo ello es innovar. A ese esfuerzo nos referimos cuando señalamos la imperiosa necesidad de aprender a hacerlo. No a la investigación, ni a la incorporación de nuevas tecnologías, ni siquiera a inversiones de ningún tipo. Simplemente, a desarrollar el ingenio, y mejor aún, a hacerlo en equipo.

Un don que tenemos todos los humanos, y del que se sirvieron la mayoría de los empresarios en su momento cuando crearon su empresa. Pero que luego dejaron de utilizar para centrarse en “gestionarla”.

En un post de hace algún tiempo, en este mismo blog, hablaba de la diferencia entre generar ideas y saber gestionarlas, y ponía por ejemplo el típico: Apple, recién fallecido en ese momento Steve Jobs. Me preguntaba entonces cómo afectaría la muerte de su motor creativo, dando por sentado que, en cuestión de buenos profesionales de la gestión -económica, financiera y estratégica- Apple tenía a los mejores, entre otras cosas, porque podía pagarlos.

Apenas unos meses después de aquel post, ya podemos aventurar una respuesta. Muchos analistas del sector detectan una “pérdida acusada en la capacidad innovadora de la compañía”. Sus acciones se resienten, Samsung vende ya más tabletas y smartphones que ellos, y desde la desaparición de Jobs, Apple ha lanzado al mercado… Una versión del iPhone y una tableta… más pequeña.

Gestionar… de acuerdo. Quejarse, llorar… vale. Vigilar los costes… por supuesto. ¿Y qué más?

 

Federico Moratinos – Dtor Centro de Innovación y Diseño del Campus Rural

 

Jornada Nacional sobre la Reforma de la Ley Concursal

Fecha: 15-11-2012 Fecha Inicio Inscripción:26-10-2012 Fecha Fin Inscripción:13-11-2012 La aplicación de las modificaciones introducidas por la Ley 38/2011, de 10 de octubre, de reforma de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal, han suscitado numerosos problemas prácticos. Identificar, por tanto, las cuestiones más controvertidas y buscar posibles vías para su resolución resulta de especial interés para aquellos que desempeñamos nuestra actividad profesional en este campo.  En un momento como el actual, en el que la insolvencia de las empresas está a la orden del día, habiéndose convertido esta cuestión en uno de los más importantes objetos de estudio del ámbito jurídico-económico, conviene reforzar nuestros conocimientos en aquellos aspectos que en la praxis ha resultado más complejos, como, por ejemplo, el debilitamiento de la regla general del vencimiento en el pago de los créditos contra la masa, el procedimiento abreviado, los problemas que surgen en los expedientes de regulación de empleo, la cesión en pago, la enajenación de activos antes de la liquidación, el concurso sin masa o los contratos del concursado.  Para llevar a cabo esta tarea el Registro de Expertos Contables-Judiciales ha organizado estas Jornadas Nacionales, en las que reputados Magistrados de lo Mercantil analizarán todas estas cuestiones desde un punto de vista eminentemente práctico. Desde el Registro de Expertos Contables-Judiciales esperamos que estas Jornadas os sean de ayuda para despejar aquellas incógnitas surgidas en el trabajo diario tras la aplicación de la reforma concursal. Coordinador de la Jornada: Ilmo.  Sr. D. IGNACIO SAN JUAN MINCHERO, Presidente del Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de CANTABRIA. Director de la Jornada: Dr. D. ALFRED ALBIOL PAPS, Secretario General del Registro de Expertos Contables Judiciales. Vicepresidente del Consejo Superior de Colegios Oficiales de TTMMEE de España. Profesor Titular de Derecho Mercantil de la Universidad de Barcelona. Lugar: Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (Avda. de los Castros nº 42, Santander) Colectivos organizadores: – Colegio de Empresistas de CantabriaUIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) Colectivos colaboradores: – Colegio de Economistas de Cantabria – Colegio de Abogados de Cantabria – Registro de Expertos Contables Judiciales – Instituto de Censores Jurados de Cuentas – Tirant Asesores Programa y Boletín de Inscripción: DESCARGA el Programa de las jornadas: PROGRAMA DESCARGA el Boletín de Inscripción: BOLETÍN   Información: Colegio de Empresistas de Cantabria C/ Jesús de Monasterio nº 10. 4º izq. 39010-SANTANDER Teléfono 942 218320 / Fax 942 240623 admon@empresistacantabria.es www.empresistascantabria.es Inscripción: Rellenar boletín de inscripción y enviar junto con comprobante de transferencia bancaria por fax o correo electrónico al Colegio de Empresistas de Cantabria. Cuotas de inscripción: Colegiados en desempleo de los colectivos organizadores/colaboradores…………….. 20 € Colegiados de los colectivos organizadores/colaboradores………………………………… 95 € Otras inscripciones…………………………………………………………………………………….  150 € IMPORTANTE La asistencia a estas jornadas computa 7 horas de formación continuada a los efectos de la inclusión en los listados de Administradores Concursales que los Colectivos organizadores presentan anualmente en los Decanatos de los Juzgados. Los asistentes interesados en la obtención del certificado acreditativo, deberán firmar las dos hojas de firmas que se pasarán durante la jornada (una por la mañana y otra por la tarde). La asistencia es obligatoria para todos aquellos colegiados que quieran inscribirse en las listas de Administradores Concursales.

Eureka! una idea nueva! ¿montamos una empresa?

Pese a los todavía innumerables obstáculos para constituir y poner en funcionamiento una nueva empresa, la primera intención de quien tiene una idea innovadora, con potencial de negocio, es partir desde cero, en lugar de estudiar la posibilidad de trasladar esa nueva idea de negocio a alguna otra empresa ya constituida y consolidada. ¿Por qué? Pues por varias razones, como casi todo en la vida, y antes de analizar algunas, pensemos y valoremos un momento que, según la mayoría de fuentes disponibles, alrededor del 80% de las empresas de nueva creación fracasan y desaparecen antes de cumplir su cuarto año de vida. Algunas fuentes incluso presentan un panorama todavía más penoso. Sin embargo, la mayoría de los nuevos emprendedores opta por iniciar su particular aventura empresarial despegando desde el suelo, y Newton demostró con cifras que se precisa una considerable fuerza para que algo en reposo pase a estar en movimiento. Sin duda en esa decisión, de cuestionable racionalidad, influye el afán de creación, de alumbrar y tener algo propio, por parte del emprendedor titular de la idea de negocio. Tampoco podemos descartar que, hasta ahora, las administraciones apoyaban con más entusiasmo -y medios- la creación de nuevas empresas frente a la alternativa de dotar de mayor impulso a las existentes. Pero, sobre todo, sobre el emprendedor con la nueva idea pesa mucho la sensación de que tomar contacto con una empresa consolidada le enfrentaría a riesgos aún mayores de echarla a perder. Ni sabe, ni tiene quien le asesore, cómo elegir la empresa con más posibilidades para su idea. Ni sabe, ni tiene quien le asesore, sobre cómo exponer su idea con la dirección de esa posible empresa, ni en qué términos plantear una posible colaboración, ni de qué modo garantizarse un retorno razonable a su idea y sus esfuerzos. Un problema para él, y una oportunidad de negocio para los asesores empresariales, dicho sea de paso. Desde el otro lado, esa posible empresa ni sabe, ni suele tener quien le asesore, cómo analizar objetivamente las posibilidades de negocio de la idea planteada, sobre todo si es realmente innovadora. Es decir, si estudiarla y plantearse desarrollarla requiere de una visión más amplia que la propia de su negocio actual, y no digamos si supone cambiar formas de trabajo, estrategias, procesos o mercados. Las empresas consolidadas tienen importantes inercias que vencer, y habiendo enfrentado en el pasado situaciones problemáticas, tienden a aplicar las mismas soluciones y enfoques a las futuras. Un problema que afecta a la mayoría de las personas. Me viene a la cabeza un viejo chiste del difunto y legendario Eugenio: En un circo se presentó un muchacho a pedir una oportunidad para saltar a la pista. El dueño del espectáculo le preguntó qué sabía hacer, a lo que el chico le respondió que imitaba a los pájaros. Tras pensarlo un segundo y medio, el dueño le respondió que eso no le interesaba ni a él ni a su público. El chico no quiso discutírselo… y se fue volando. Un chiste. Pero son innumerables los ejemplos de buenas ideas y propuestas que, no obstante, avezados y bien considerados empresarios decidieron rechazar. Veamos solamente una muestra: “Este aparato tiene numerosos puntos débiles para ser considerado seriamente como un medio de comunicación. En sí, el aparato carece de valor para nosotros” : nota interna de la Western Union en 1876, refiriéndose al teléfono. “Los aeroplanos son juguetes interesantes, pero carecen totalmente de valor militar” : Mariscal Ferdinand Foch, profesor de estrategia en la Escuela Superior de Guerra de Francia, en 1904. “¿Quien demonios va a querer oír a los actores?” : Harry M. Warner, de Warner Bros, en 1927. “No veremos nunca los dibujos animados en video casettes” : Nota recogida en el Plan Estratégico de Disney en 1975. “Calculo que cinco ordenadores serán suficientes para satisfacer el mercado mundial” : Thomas Watson, en 1943, presidente de IBM, al plantearse el Mark I. “No existe ninguna razón para que un particular tenga un ordenador en su casa” : Ken Olsen, en 1977, presidente y fundador de Digital Equipment Corporation. “Con 640 Kbytes de memoria interna será suficiente para cualquier ordenador” : Bill Gates, en 1981, al diseñar el MS-DOS, cuando un colaborador le planteó un sistema alternativo que salvaba esa limitación, que Windows arrastró en su núcleo hasta hace bien poco. Por regla general, prestamos más atención a los problemas que a las posibles soluciones. Para encontrar éstas últimas necesitamos ideas, pero no esperemos que éstas coincidan con la que nos gustaría. Ni tampoco esperemos que las ideas vengan siempre del mismo sitio. La verdadera innovación es aceptar el cambio, empezando por su procedencia, y la mayoría de los empresarios y directivos preasignan un valor a las ideas en función de la valoración que hacen de quienes se las transmiten. ¿Y cómo podría un empresario o directivo de empresa escuchar con atención y objetividad a un desconocido con una idea innovadora, si en la mayoría de las ocasiones no presta la debida atención a las aportaciones de sus propios trabajadores? Muchos de los nuevos emprendedores que han conseguido concebir y plantear una idea con potencial de negocio, eran anteriormente trabajadores de otra empresa. Sin duda, su experiencia y conocimientos adquiridos le sirvieron para conseguirlo, pero no mientras estaba bajo la dirección de otros. Otros que, sin embargo, puede que hoy necesitaran esas ideas y aportaciones. De modo que, quienes tienen las ideas, intentan ponerlas en práctica por su cuenta, asumiendo el 80% de probabilidad de fracasar en el intento. Y no porque la idea no sea viable, sino porque -como analizamos en un post anterior- saber gestionarla requiere de habilidades que quizá no tenga el nuevo emprendedor, pero que sí ha demostrado tener quien posee o dirige una empresa ya consolidada. El resultado de todo ello es una cantidad ingente de esfuerzos individuales y colectivos invertidos en multitud de fracasos empresariales que, en una cultura que castiga socialmente esos errores, genera innumerables frustraciones y quebrantos, tanto de moral como de crédito y recursos. De modo que vivimos en una sociedad que, al mismo tiempo, anima a optar por el mayor riesgo de iniciar una aventura empresarial, frente a la alternativa de ayuydar a impulsar una que ya ha tenido éxito y, sin embargo, castiga moral y financieramente a quienes fracasan en ese intento. Teniendo en cuenta además que, ahora y siempre, una economía de mercado depende de la continua aportación de nuevas ideas y emprendedores, tenemos un problema como sociedad. El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Innovación e Industria, tiene abierta la línea de ayudas INNOVA, dentro del programa IMPULSA. Incluye la aportación de fondos a iniciativas innovadoras, con independencia del sector de actividad y sin entrar a valorar si su puesta en marcha la realiza una empresa existente o se crea otra nueva. Simplemente respalda con fondos cualquier propuesta innovadora que alguien quiera poner en marcha. Con el sólo requisito de que, efectivamente, sea realmente innovadora, en cualquier acepción del término. Bravo por la Consejería, y seguiremos con interés la evolución de la iniciativa.

El Real Club de Regatas de Santander en la 1ª Exposición Temporal del Museo de la Contabilidad

Durante la primera exposición temporal del Museo de la Contabilidad, Empresas Centenarias en la UIMP, paisajes contables de Cantabria 1850-1950, tuvimos la ocasión de contar con la colaboración del Real Club de Regatas de Santander, que nos cedió para su exhibición, un libro de empréstito hipotecario del año 1925, que contenía un total de 1200 obligaciones por valor de 500 pesetas. Llamó la atención la curiosa presentación y encuadernación del libro que presenta listones de madera en los márgenes cuyas hojas están atravesadas por tornillos. La historia del Real Club de Regatas de Santander se inicia durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando comerciantes, consignatarios y navieros fascinados por las actividades náuticas comenzaron a celebrar tertulias periódicas que versaban sobre el mundo marítimo. En un principio estas reuniones estaban formadas por 42 personas que decidieron fundar el Club de Regatas de Santander el 28 de mayo de 1870, con los propósitos de fomentar la afición a las actividades lúdicas marítimas e introducir mejoras en el salvamento de naufragios. La primera sede social se ubicó en el número 11 del Muelle de la ciudad, destruido en el incendio de 1880. Hoy el Real Club de Regatas de Santander preside en pleno ensanche de Santander, la Plaza Pompo, en un edificio proyectado por el genial arquitecto Atilano Rodríguez, que después del incendio de 1875 reconstruye, el palacio de Juan Pombo construido en 1861, siguiendo las líneas preexistentes pero dando fuerza a la ornamentación de la fachada principal compuesta por columnas y pilastras gigantescas pareadas de orden compuesto, almohadillados, balconadas sostenidas por decoradas ménsulas, voladizos y balaustres.

El 9 de junio de 1899 se procedió a la compra del palacio Pombo, actual sede del Club, que entonces pertenecía a Everilda Pombo, hija del Marqués. El precio fue de 625.000 pesetas, cubriendo los socios 750.000 pesetas en obligaciones de 55 pesetas cada una, lo que permitió además el acondicionamiento del inmueble según las necesidades de la asociación.  Las competiciones náuticas venían premiadas con trofeos como “la Copuca” desde 1893, pero al ser conquistada por tres años consecutivos por el balandro “Lin” pasó a su propiedad en 1899. En 1900 se instauró la Copa Gallo y en 1905 la Copa de Santander. Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia participaban de las regatas que organizaba el Club, durante los meses de verano, el interés del monarca por el deporte náutico y su relación con Santander hicieron que aceptara la presidencia honorífica del Club en 1893, distinguiéndola con el rango de Real. De este modo, el Real Club de Regatas de Santander adquirió un notable protagonismo en la promoción de la ciudad como referencia de encuentro estival. En la actualidad el , se distingue por su carácter cultural, pues cuenta en su sede con una magnifica biblioteca compuesta por 8000 volúmenes y sus socios disponen a diario de 18 publicaciones periódicas de tirada regional y nacional. Sus instalaciones disponen de una amplia sala que en ocasiones ha sido testigo de exposiciones artísticas. También dispone de un salón de actos equipado para conferencias, recitales, conciertos, presentaciones.  Es además, sede de la Escuela Municipal de Ajedrez de Santander de la que han salido brillantes maestros.
Encontraréis más información en su Web.

Diseñar, Comprar, Almacenar, Procesar, Verificar, Empaquetar, Publicitar, Vender, Fidelizar… ¿dónde o en qué INNOVAR?

Seguro que si un cine decidiera abrir por la mañana, con el tiempo, conseguiría algún cliente más. Pero en ese negocio han optado por concentrar la oferta en las franjas horarias con mayor demanda potencial. Es posible que alguien vaya menos al cine por ello, pero parece que, quienes lo analizaron, decidieron que el saldo de la medida era positivo. Sólo como ejercicio mental, ¿Por qué abren las zapaterías a las diez de la mañana? Por seguir con el ejemplo, supongamos que una zapatería en el centro de una ciudad lucha, comercialmente, con una gran superficie del extrarradio. Estudia abrir los sábados por la tarde. Incluso algún domingo, como hace esa competencia. El empresario, o empresaria, hace cálculos y estima que tendría que aumentar la jornada de los empleados, o contratar más a jornada parcial, incluida formación. Intenta estimar cuantas ventas más podría hacer, y si su margen enjugaría el aumento de los costes, incluidos más luz, más calefacción, más teléfono, más limpieza… Y decide que no. Con esa decisión, asume que, pocas o muchas, renuncia a esas posibles ventas adicionales. Como hicieron los cines. Pero las grandes superficies aprietan, y le preocupa. Podría ir perdiendo clientela poco a poco. Los clientes cambian de hábitos, si encuentran una razón para hacerlo, y mantener abierto al mediodía ya le está dando ventajas a la competencia. Entonces opta por lo más razonable y acertado en su situación: se pone a pensar. No se limita a analizar las alternativas que, según la ortodoxia o su propia experiencia, hay sobre la mesa. Decide no dar nada por supuesto, y cuestionar, al menos mentalmente, cualquier cosa. Piensa en los porqués, en las razones que, en un momento dado, llevaron a que las cosas sean como son, y se pregunta si siguen siendo válidas. Si el modo en como ha aprendido a hacer las cosas, punto de partida también para que naciera su competencia, sigue encajando con la lógica actual, o contenía algún dato que se ha quedado obsoleto. Al final centra sus reflexiones en los horarios de su personal, en la cantidad total de horas, que generan su coste, y comienza a hacerse preguntas. ¿Podría abrir a mediodía sin aumentar las horas? ¿Y si abro más tarde por la mañana? ¿Realmente se levanta alguien con urgencia de comprarse unos zapatos? ¿Cuantos clientes serán? ¿Y cuantos ganaría por abrir a mediodía? Empieza a escribir y calcula que podría abrir a las 12 y, a cambio, no cerrar para comer. Podría dar una hora a cada empleado para hacerlo, y plantear la jornada continua, hasta las 8. Un comienzo. Luego decide también estudiar dar facilidades a los clientes que, trabajando por la tarde, terminan su jornada y pasan por su escaparate de camino a casa, ventaja que no tiene su gran competencia.

De modo que se plantea abrir hasta las 9. Bueno, eso son 5 horas más a la semana. El sábado, en lugar de a las 10, abriría entonces a las 12. Eso le da un saldo de 2 horas. Le faltan tres más y, claro está, tratarlo con los empleados. Sigue pensando y se le vuelve a encender la bombilla. Puestos a replantear, a innovar, podría estudiar, por ejemplo, no abrir los lunes… pero abrir el sábado todo el día. ¿Cuantos clientes podría perder? ¿Y cuantos ganaría los sábados? Caramba, es cuando la competencia llena. Daría libre al personal dos días seguidos, en lugar de día y medio, y dejándoles buena parte del resto de mañanas libres también, o sin madrugar ni siquiera un poco.  Podrían ir al gimnasio, o a una clase particular, o a la compra, o dejar hechos los recados.  Vale, habría que reflexionar más sobre ello y luego charlarlo con todos pero, qué demonios, podría resultar! Como siempre que uno se plantea cambiar hábitos aprendidos, no conseguía apartar ciertas dudas. Pensaba en el típico cliente que tiene una cena especial, o un viaje especial, o un regalo especial. Supongamos que no puede esperar un día para comprar unos zapatos y, justo el lunes, que le hacía falta, la zapatería estaría cerrada. Se repitió a sí mismo que, darse la situación extrema, y un lunes además, era poco probable pero… Analizó fríamente el caso y cayó en la cuenta de que, existiendo esa posibilidad, más probable era que se hubiera dado ya muchos sábados por la tarde, estando su tierra cerrada. Cosa de los hábitos. De camino a su casa, incluso sopesó la posibilidad de idear un “servicio de urgencia”. Un teléfono de aviso por si se diera el caso, y siguió dando vueltas al problema principal. Al sentarse en el sofá, comentó sus reflexiones con su pareja, quien le preguntó si tenía claro todo lo que le había contado. Se tomó un par de segundos, y le respondió: “No sé a donde me podrá llevar analizar bien todo esto, pero nunca lo sabré si no lo hago”. Su pareja tuvo que admitir que llevaba razón. Además -y esto ya lo añado yo- pensar es gratis. Es una actividad que, poco o mucho, siempre produce algo. Aunque sólo sea dar por “pensadas” ciertas alternativas, lo que aumenta la seguridad en futuras decisiones y el grado de conocimiento de los temas analizados. Y como la rentabilidad se calcula en función del valor añadido y los recursos invertidos, pensar suele ser muy rentable. Cuando se habla de innovar, a veces se piensa en diseñar complicadas estrategias, o realizar sesudos estudios para un nuevo diseño, un nuevo envase, o una nueva tecnología que aplicar a un proceso. Por poco valor añadido que pueda aportar un cambio, una pequeña innovación, en cualquier fase de un negocio, en cualquier sección, si el coste de conseguirlo es menor, la rentabilidad será positiva. Innovar en lo más simple aumenta la probabilidad de hacerlo rentable.  Para conseguirlo, se precisa estar cerca de la realidad sobre la que se quiere operar. En muchas ocasiones, eso no está al alcance de quienes dirigen las empresas. Son demasiadas pequeñas realidades, demasiados detalles. Los empresarios y los directivos tienden a centrarse entonces en innovaciones a otros niveles, con otros costes, con otros riesgos, que exigen la expectativa de otras rentabilidades. Si cada empleado pudiera innovar en su pequeña parcela, los costes y los riesgos serían reducidos, pero el valor añadido agregado podrían ser significativo. La tarea directiva exigiría en ese caso su coordinación, su ordenamiento, y la aportación de una mayor visión de conjunto para priorizar, evaluar o analizar, sobre la base de unos conocimientos o habilidades específicos. Es el perfil con el que esperan dotarse muchos empresistas y gentes de empresa. La Universidad de Cantabria, como otras instituciones académicas, tiene ya su oferta correspondiente. Denominan a este tipo de empresistas especializados “Expertos en Gestión de la Innovación”. Quienes ya se han acercado a estas nuevas habilidades empresariales tienen respuesta para la pregunta del frontispicio: ¿donde o en qué INNOVAR? En todo. En todas partes.

Entrevista a Dámaso López de Atalaya Sainz de Rozas

Dámaso López de Atalaya Sainz de Rozas, Presidente honorífico del Colegio de Titulados Mercantiles y Empresariales de Cantabria,

Nuevo curso: La innovación y los asesores de empresa

Próximamente vamos a celebrar el curso “La Innovación y los Asesores de Empresa” que celebraremos el día 27 del presente en la Ceoe Cepyme.  La inscripción es gratuita, las plazas son limitadas y el plazo de inscripción finaliza el martes 18. INFORMACIÓN Horas: 8 h. Fecha: 27 de Diciembre 2012 Horario: 9:45 a 14:00 y de 16:00 a 20:15h.  Fecha Fin Inscripción: 18-12-2012 Metodología: Presencial Lugar de impartición: Santander   PROGRAMA Módulo 1. Nuevas oportunidades de negocio: servicios profesionales a prestar por asesores de empresa, relacionados con la innovación (3h) Módulo 2.  Herramientas a disposición de los asesores para llevar la innovación a sus clientes (3h) Módulo 3.  Sensibilización en medio ambiente y en la igualdad de oportunidades (2h)   INSCRIPCIÓN Gratuita: – Plazas Limitadas – Para la participación en las acciones formativas destinadas prioritariamente a trabajadores en activo será necesario aportar la fotocopia del D.N.I. y de la cabecera de la última nómina o recibo de autónomos. En caso de estar en desempleo la documentación a aportar es la fotocopia del DNI y de la tarjeta de demanda de empleo. La recogida y entrega de solicitudes e inscripciones se realizará en las instalaciones del Centro de Formación de CEOE-CEPYME Cantabria sito en c/ 3 de Noviembre Nº 38 Planta 2, donde habrá que aportar la documentación solicitada en función del colectivo al que vaya dirigida la Acción Formativa. Para más información puede ponerse en contacto con el Departamento de Formación a través del tfno. 942 241040.

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