Todavía hay quien, hoy en día, habla de la innovación como una apuesta de futuro. Por desgracia para muchos, el momento en que dicha sentencia era cierta ya pasó hace rato. La apuesta por la innovación es, hoy en día, una condición necesaria para la supervivencia. La comunicación interna -aspecto fundamental en el proceso innovador- es más compleja en una gran empresa que en una pyme. El trabajo en pequeños grupos es más eficiente que en grupos muy grandes, y la coordinación de varios grupos, operando en un clúster organizado, tiende a ser más fluida que entre departamentos, delegaciones o secciones de las grandes empresas, como bien saben -porque viven de ello- muchos consultores empresariales. La apuesta por la innovación es la búsqueda de una ventaja competitiva. Bien, pues la apuesta por la formación de clústeres es una ventaja competitiva de las pymes frente a las grandes corporaciones.